« loqesangra
218
Tiemblo a cada bostezo. Se me abren las fauces hasta lo máximo que dan mis carnes, me siento un hipopótamo. Suena un piano virtuoso. Eco. Aire golpeando contra cemento desnudo. Y volviendo hacia mí. Y así sucesivamente. No hay alfombras, no hay nada colgado en las paredes. No hay ni un signo de amor. Las dicroicas iluminan puntualmente, desde el techo como tiros contra el piso. De repente quise salirme de mí mismo. Ver todo desde afuera.
Tiembla a cada bostezo. Mientras tipea, el flaco, bosteza. Parece que abriera la boca como un león, para rugir; pero solo sale un grito ahogado: “aaauuugghh”, estirando el glissando como si fuera un león, está bien repetirlo, bostezando. También los leones bostezan.
Un león. En la sabana africana. Colores entre amarillento y naranja, algunos rojos. Colores secos. Sol, calor. La energía de la vida. El origen de todo.
Qué aburrimiento. Bostezo.
Es el cuerpo relajándose.
Violines suenan. Además del piano. Toda una orquesta. Toda una orquesta mientras el flaco bosteza, en la quinta fila, ahí en el medio del Teatro, en esa platea que ni entiende qué está viendo, y yo tampoco entiendo qué estoy escuchando, o qué estoy escribiendo - UN RUIDO - ¿quién anda ahí? Que delirio. Que miedo. Que miedo que da el eco.
Aire golpeando
contra cemento desnudo.
Volviendo hacia mí.
Y así, sucesivamente.
Es El Universo
devolviendo la llamada.
El que sigue es: 219 >>
<< 217 es el anterior