Te dejo este poema hermoso… escuchalo, que vale la pena. Lo interpreta 34 puñaladas.
Hace unos cuantos años en un barrio de chatas,
hubo una piba hermosa que me calzó los puntos,
con la que por las tardes del brazo ibamos juntos
a robar por las quintas jazmines y foscatas
Era un romance puro, sereno, de inocencia
Un romance de aquellos que lleva al casamiento
Mas por robarle un beso un día surgió un resentimiento
Y del resentimiento, para siempre la ausencia
A esta piba del barrio, que no pude hacer mía
Que lució su pureza igual que un camafeo
Como un taxi nuevito hoy la vi que venía
Hoy la vi que yiraba, linda como una alhaja
Que agarró por Corrientes con bandera en flameo
Y volvió por Lavalle con la bandera baja.
Ella era una hermosa nami del arroyo
Él era un troesma pa’ usar la ganzúa
Por eso es que cuando de afanar volvía,
ella en la catrera contenta reía,
contenta de echarse dorima tan púa
De noche él robaba hasta la alborada
De día dormían los dos abrazados
Hasta que la yuta, que lo requería,
lo alzó de su saca… Y ella se reía,
mientras a Devoto iba el desdichado
Tras la negra reja de la celda, el orre
a su compañera llorando batía:
“¡Por vos me hice chorro! ¡Quereme, paloma!…”
Pero, indiferente al dolor del choma,
alzando los hombros, ella se reía…
Pasaron los días… Vino la sentencia…
Pa’ Tierra del Fuego al punga embarcaban
a las seis en punto de una tarde fría…
A las siete, ella se apiló otro rufa;
a las ocho, andaba con él de garufa y,
al sonar las nueve, curda se reía…
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