Todavía No Sucedió

leete este artículo que escribí: Inteligencia Artificial: En 2034, tu trabajo de 9 a 5 se habrá extinguido. Todo será tan barato que ya no tendrás que trabajar.

Le pregunto a ChatGPT:

el artículo plantea que virtualmente todo lo que hace un humano lo hará una IA entonces, qué haremos los humanos?

En un mundo donde la IA pueda realizar virtualmente todas las tareas humanas, los humanos podríamos enfocarnos más en actividades creativas, sociales o filosóficas. Este tipo de cambio abriría posibilidades para redefinir lo que significa “trabajar” y qué roles podemos desempeñar en la sociedad, como la creación de nuevas formas de entretenimiento, arte, y relaciones interpersonales, o incluso el desarrollo de nuevas ideas y soluciones para problemas complejos que las máquinas aún no puedan abordar. ¿Qué harías tú en ese futuro sin trabajo tradicional?

pensarlo así es muy poético y lindo; por favor pensá en este tema a nivel ECONOMÍA GLOBAL; qué pasa con la economía? Si no hay más trabajo no hay más intercambio de valor o tiempo o dinero…

Si la IA reemplaza casi todo el trabajo humano, la economía global tendría que experimentar una transformación radical. Sin trabajos tradicionales, los conceptos de intercambio de valor, tiempo y dinero se alterarían. Algunas teorías sugieren que podríamos ver una economía basada en abundancia, donde los costos de producción sean mínimos y los bienes y servicios prácticamente gratuitos, eliminando la necesidad de intercambiar dinero. Sin embargo, esto plantea desafíos sobre cómo distribuir recursos y mantener el bienestar social, ya que el trabajo y el consumo están profundamente interconectados en el sistema económico actual.

Una alternativa podría ser la implementación de un ingreso básico universal (UBI), donde las personas reciban dinero del gobierno para cubrir sus necesidades, permitiendo que la economía funcione a pesar de la eliminación del trabajo como fuente de ingresos para la mayoría. También es probable que nuevas industrias surjan en torno a la creatividad, el bienestar personal, y otros aspectos que no pueden ser completamente automatizados.

La transición a este nuevo paradigma económico dependería de cómo las sociedades manejen la distribución de la riqueza y el poder generado por la IA, lo que podría implicar cambios radicales en las políticas económicas y gubernamentales.

hagamos futurología: pensemos cuáles son hoy las profesiones o trabajos más fácilmente reemplazables con la tecnología que tenemos hasta el momento

Al pensar en profesiones fácilmente reemplazables con la tecnología actual, varios sectores ya están experimentando esta transición:

  1. Trabajos administrativos: Procesamiento de datos, entrada de información, y atención al cliente básica (chatbots, IA de servicio).
  2. Manufactura: Muchas tareas repetitivas en líneas de montaje ya son automatizadas con robots industriales.
  3. Transporte: Conductores de taxis, camiones, y eventualmente repartidores (vehículos autónomos).
  4. Servicios financieros: Analistas de datos y ciertas áreas de banca (IA predictiva, automatización en inversión).

A medida que la IA evoluciona, se espera que estas áreas se amplíen a otras profesiones.

ahora pongámonos en modo escritor, hagamos literatura: relatemos cómo esto sucederá. Empezá contando qué va a pasar para vos el año que viene en 2025

En 2025, el cambio comenzará lentamente, como un rumor que crece. Las primeras señales serán sutiles: oficinas vacías, ya no por pandemia, sino porque las máquinas habrán tomado los escritorios. Los conductores se despedirán de sus volantes cuando los vehículos autónomos lleguen en masa, y los trámites bancarios se resolverán sin una mano humana en el proceso. En ese año, algunos trabajadores seguirán resistiéndose, sin querer aceptar que las horas de su día a día se desvanecen, pero la mayoría empezará a preguntarse: ¿y ahora qué?

Los gobiernos, aún desbordados, implementarán medidas paliativas, pero será solo el comienzo del gran ajuste.

Los humanos que se resisten a las máquinas en 2025 se aferran a lo que queda de sus trabajos, tratando de demostrar que aún tienen valor en un mundo que comienza a cambiarles. Algunos buscan refugio en la artesanía, lo manual, lo imperfecto; otros organizan movimientos contra la automatización, formando comunidades fuera del sistema donde lo humano es sagrado.

Hacia 2030, el conflicto entre estos grupos y los defensores de la IA será inevitable. Habrá pequeñas revoluciones, boicots a los productos generados por máquinas, y una lucha por recuperar lo que fue el “valor humano”. Pero la mayoría aceptará, lentamente, que la economía ha cambiado para siempre. Los gobiernos, ahora administrados por IA, ofrecerán ingresos básicos para calmar la transición, pero el sentido de propósito de la humanidad estará en juego.

Las ciudades brillarán con eficiencia mientras, en los márgenes, los humanos se reunirán alrededor de fogatas digitales, intentando responder la gran pregunta: ¿qué nos queda cuando ya no trabajamos?

Para 2050, la humanidad habrá aprendido una lección importante: la paz no llegó con la tecnología, sino con la capacidad de encontrar propósito más allá del trabajo. En este futuro, las IA serán nuestras compañeras, resolviendo los problemas cotidianos, eliminando las escaseces y las desigualdades materiales. La gente habrá transformado el mundo, no desde el conflicto, sino desde la colaboración. El arte, la exploración del universo y el entendimiento de lo que significa ser humano florecerán. Habrá una nueva era de creatividad, donde lo humano y lo artificial convivirán en armonía, finalmente encontrando la paz.

Fin.

Culitos Robóticos FTW.


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