Cuando me pregunta cómo empezar, no puedo darle una receta cerrada, porque
el canto no nació como una técnica, sino como un impulso.
Antes de articular palabras, el ser humano gruñía, gemía, dejaba escapar sonidos guturales que eran la primera forma de comunicación.
El hombre de las cavernas no tenía diccionario, tenía garganta, y con ella llamaba, advertía, celebraba.
Así como hoy una ballena canta bajo el agua para encontrarse con otras a kilómetros de distancia, nuestros ancestros ya intuían que el sonido era vínculo.
El canto es más viejo que el habla, más primitivo y más profundo.
Por eso, cuando alguien me dice “yo no sé cantar”, escucho detrás la sombra de una prohibición cultural, no una verdad biológica. El llamado “anti-canto” es esa herencia de burlas, de silencios impuestos, de voces anuladas. Es lo que nos convence de que cantar es un privilegio de unos pocos, cuando en realidad:
Cantar es la respiración con sonido
La respiración, con sonido; la continuidad natural de estar vivos. La psicología lo explica bien: reprimimos el impulso de cantar porque tememos al juicio.
Y sin embargo, cada risa, cada llanto, cada suspiro son fragmentos de canto que se nos escapan sin pedir permiso.
– Entonces, ¿cómo empiezo?…
El cuerpo está diseñado para producir música. La caja torácica es tambor, la laringe es instrumento de cuerdas vivas, la cavidad bucal y los senos paranasales son resonadores que amplifican lo que nace en lo profundo.
No hay en la naturaleza otro animal con esta combinación exacta: capacidad de sostener aire, articularlo, modularlo y darle sentido. Eso no es accidente, es destino.
¿CÓMO PASO DE HABLAR A CANTAR?
La pregunta aparece con frecuencia: ¿cómo paso de hablar a cantar? En apariencia son dos actos distintos, pero en realidad comparten la misma raíz.
- Al hablar usamos el aire para articular palabras, combinando vocales y consonantes en un flujo rítmico.
- Al cantar, ese mismo aire se prolonga, se sostiene, se colorea. Lo que cambia es la intención, la duración y la afinación.
Las vocales son la materia prima del canto. Cuando pronunciamos una “a”, una “e” o una “o”, abrimos espacios de resonancia en boca, garganta y cavidades nasales. La vocal sostiene la nota, la estira en el tiempo y permite que la voz se proyecte.
Cada vocal ofrece un timbre distinto: la “a” suele ser abierta y brillante, la “o” más redonda y profunda, la “i” filosa y clara.
Cantante; se nace y se hace.
Cantante, aprende a sentir cómo cambia la forma de tu boca y cómo eso modifica el color del sonido.
Las consonantes, en cambio, son percusiones. No sostienen la nota, pero la impulsan, la marcan, le dan ritmo y dirección. Piense en una canción sin consonantes: sería un río continuo, pero sin orillas.
La consonante corta, delimita, define el inicio y el fin de una emisión. El arte de cantar está en equilibrar ambas: dejar que las vocales vibren y que las consonantes las conduzcan.
El Cuerpo CANTA, cantoril
El cuerpo entero coopera:
- La caja torácica funciona como fuelle: almacena el aire y lo libera con control.
- El #diafragma la presión, como si fuera la válvula de un instrumento de viento.
- Los resonadores —pecho, garganta, boca, nariz, cráneo— amplifican lo que producen las cuerdas vocales, que son apenas dos pliegues de tejido vibrando.
Cantar es mecánica pura: presión de aire, vibración, resonancia. Pero también es emoción: cada variación de tensión refleja estados internos, recuerdos, deseos.
DISCIPLINA (BENEFICIOS)
¿Y qué ocurre si lo practicamos diariamente?
- A corto plazo (semanas):
- la respiración se hace más consciente
- la postura mejora
- la voz se siente más firme al hablar y se gana confianza al usarla
- Incluso el ánimo se eleva: cantar libera endorfinas y regula el estrés.
- A mediano plazo (meses):
- el cuerpo desarrolla memoria muscular
- las notas salen más limpias
- la afinación mejora
- los resonadores se expanden y aparece resistencia para sostener frases largas
- A nivel psicológico, se reduce la vergüenza y aumenta la capacidad de expresarse frente a otros.
- A largo plazo (años):
- el canto se vuelve parte natural de la vida.
- La voz gana riqueza armónica
- la respiración profunda fortalece el sistema cardiovascular, y el cerebro se beneficia con la coordinación de ritmo, memoria y emoción
Quien canta durante años no solo tiene mejor voz: tiene mejor salud, mejor ánimo y una conexión más profunda con su propio cuerpo.
- ¿Y vos, cuántos años vas?
- Recién empiezo.
Respondiste recién nacido; si empezaste ayer, cuantos van?
Así se pasa de hablar a cantar: estirando el aire, confiando en las vocales, dejando que las consonantes marquen el camino, entrenando al cuerpo como un instrumento y repitiendo hasta que lo mecánico se vuelve natural. No es un don reservado: es una práctica que transforma.
USTED FUE CREADO PARA CANTAR.
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